El Dr. Adrián Schiavini, experto en Biología, brindó nuevos detalles sobre el monitoreo del impacto de los perros asilvestrados en el medio rural fueguino, afectando tanto la producción agropecuaria como el equilibrio ecológico.
Después de un largo periodo de inactividad, el Comité de Seguimiento del Plan Provincial para el Control de Perros Silvestres retomó sus tareas. Creado bajo la Ley 1146 de 2017, este comité busca mitigar los efectos negativos que genera la proliferación de perros asilvestrados en áreas rurales, perjudicando la actividad productiva y el entorno natural.
El Dr. en Biología Adrián Schiavini, investigador principal del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC) del CONICET en Ushuaia, ofreció por FM Master’s una actualización sobre los avances recientes en torno a esta cuestión. En sus declaraciones, destacó la importancia de las acciones que se están llevando a cabo, aunque señaló que “más que novedades, son cosas que habría que haber hecho hace mucho y que no se están haciendo”, reflexión que subraya la necesidad de que las autoridades retomen el control sobre una situación que, hasta hace poco, estaba desatendida.
A partir de mayo de este año, el comité volvió a reunirse, lo que marca un punto de inflexión. «Afortunadamente, el comité ha comenzado a moverse después de estar prácticamente muerto. En los últimos dos años no había habido encuentros, no había habido acciones prácticamente por parte de la provincia y gracias al cambio en la administración en la Secretaría de Ambiente, se retomaron las actividades”, explicó Schiavini. Esta reactivación también permitió la incorporación de los municipios al plan de manejo, lo que añade una nueva capa de coordinación interinstitucional necesaria para enfrentar el desafío de los perros sueltos en todo el territorio.
El comité, que está compuesto por representantes del Gobierno, del CADIC, del sector productivo y ahora también de los municipios, comenzó a diagramar diversas actividades concretas.
Entre los pasos inmediatos, se realizará un relevamiento de los perros sueltos en las tres ciudades de la provincia (Ushuaia, Río Grande y Tolhuin) de manera simultánea. Schiavini precisó que esta será la primera vez que se aplica una metodología probada para contar con un diagnóstico preciso en las tres localidades. “Tenemos probado en Ushuaia, a partir de lo cual sacamos el número de 14.000 perros sueltos, pero eso fue en el 2019. Entonces la idea es actualizarlo ahora y tener una línea de base de modo tal que los municipios puedan monitorear a lo largo del tiempo el éxito de las acciones que se desarrollan”, puntualizó el investigador.
Este esfuerzo por recabar información confiable y actualizada es fundamental, según Schiavini, para que los municipios puedan evaluar la efectividad de sus políticas de manejo de perros sueltos. “Si el objetivo es que no haya perros sueltos, tengo que medir a ver si me va bien o no. Porque si no están bajando los perros sueltos, tendría que ver por qué y dónde se puede corregir en las acciones que se realizan”, explicó.
Además del relevamiento en áreas urbanas, el comité también está trabajando en un proyecto para mejorar el registro de mordeduras de perros, lo que permitirá evaluar de forma más precisa el impacto de las políticas públicas implementadas. El científico mencionó que están diseñando un sistema que permitirá a las personas reportar incidentes de mordeduras mediante un código QR que podrán escanear desde sus teléfonos móviles. Este sistema incluirá datos sobre la ubicación, el momento y la gravedad del ataque, información que será clave para hacer un seguimiento detallado de la situación. “Lo que estamos tratando de diseñar es un sistema donde la gente que va a denunciar una mordedura, o se va a tratar en un centro de salud, simplemente escaneando un código QR pueda reportar desde un teléfono aspectos vinculados a la mordedura”, se explayó.
Por otro lado, el comité tiene en marcha una encuesta periódica sobre la situación de los perros asilvestrados en el ámbito rural, una iniciativa que ha sido repetida en 2008, 2013 y 2018, y que se espera volver a realizar este año. “Queremos repetir la encuesta como para tener una idea de la película. La sospechamos, pero queremos una idea objetiva entrevistando a los establecimientos rurales y obteniendo información de cómo está cambiando esta problemática a lo largo del tiempo”, indicó Adrián Schiavini. El estudio dará una visión integral sobre el impacto de los perros asilvestrados en las áreas rurales, donde su presencia representa una amenaza a la ganadería y la biodiversidad.
La reactivación del comité y la planificación de estas acciones ponen de manifiesto un esfuerzo renovado para abordar de manera sistemática y coordinada la problemática de los perros asilvestrados.
