GREMIO TEXTIL

Para Cárcamo, el trabajador siempre paga los platos rotos

Sep 25, 2024 | Gremiales

El secretario general de SETIA expresó su visión sobre la delicada situación que enfrenta la industria textil en la provincia, tras la exclusión de cinco empresas del sub régimen de promoción industrial, y las consecuencias directas para los empleados afectados.

Ushuaia

La crisis que atraviesa la industria textil en Tierra del Fuego sigue escalando y genera una profunda preocupación en el ámbito sindical. En este contexto, Rodrigo Cárcamo, secretario General de SETIA, manifestó públicamente su preocupación por el impacto directo sobre los trabajadores tras la exclusión de varias firmas del régimen de promoción industrial, lo que deja a cientos de empleados en una posición incierta.

El detonante de la crisis fue la exclusión de cinco empresas textiles del sub régimen de promoción industrial, lo que generó incertidumbre sobre el futuro de los empleos en Río Grande. “Fuimos convocados por el señor Gobernador a una reunión en la cual buscábamos más precisión y detalles respecto a la información que nos habíamos enterado el fin de semana, con lo que sucedió con el rechazo a la adhesión del Decreto de cuatro empresas textiles de Río Grande”, explicó Cárcamo en FM Master’s. Entre las empresas mencionadas, dos de ellas, Fabrisur y Australtex, podrían resolver la situación mediante la presentación de documentación que acredite el pago de sus obligaciones tributarias, lo que abriría una ventana de 20 días para reconsiderar su inclusión en el régimen.

Sin embargo, otras dos empresas, Barpla y Sueño Fueguino, enfrentan un panorama más complicado. Los dueños de estas firmas optaron por continuar con acciones judiciales contra el gobierno nacional, argumentando que fueron discriminados en la prórroga del régimen industrial realizada en 2021. Esta decisión, según Cárcamo, refleja un conflicto que trasciende a los trabajadores. “A veces uno hace hasta lo imposible, como sucedió cuando conseguimos este decreto para que se incluyera el sector”, relató el dirigente gremial, evidenciando que los esfuerzos por sostener la industria no han sido suficientes para evitar la judicialización del conflicto.

El problema, desde la perspectiva sindical, radica en la constante tensión entre las empresas y los gobiernos que no siempre cumplen con lo pactado. “Tanto las empresas como quienes debían controlar y poner en orden las situaciones” tienen parte de responsabilidad en la actual crisis, señala Cárcamo. Sin embargo, al final del día, son los empleados quienes sufren las consecuencias de estas fallas.

En este sentido, el secretario general de SETIA subrayó la complejidad de defender los intereses de los trabajadores cuando las empresas no juegan limpio: “Se hace muy finita la línea de que estamos defendiendo empresarios y a veces los empresarios tampoco juegan limpio y siempre el que queda en el medio es el trabajador”.

La situación es delicada y refleja una problemática estructural que no es nueva en el sector. Empresas como Hilandería Río Grande, por ejemplo, ya habían cerrado durante el gobierno de Mauricio Macri, y su reapertura no se materializó. La preocupación principal del sindicato es que, en medio de las disputas empresariales y los desacuerdos con el gobierno nacional, quienes dependen de estos empleos no tienen certeza sobre su futuro.

La postura de Cárcamo destaca la fragilidad en la que se encuentran los trabajadores en un contexto donde los intereses económicos y las decisiones judiciales se superponen a sus necesidades más urgentes. En su análisis, el secretario gremial también mencionó que las acciones judiciales iniciadas por Barpla y Sueño Fueguino buscan una recomposición económica, lo cual incrementa aún más la complejidad del conflicto. “Si yo voy a una instancia judicial en contra del Gobierno nacional, entiendo que quiero una recomposición, y sabemos que una recomposición es una cuestión dineraria”, comentó, aludiendo al trasfondo económico de la disputa.

Este escenario plantea un futuro incierto para cientos de empleados del sector textil en la provincia, que, de no resolverse, podría derivar en una mayor crisis laboral. Los esfuerzos del sindicato están enfocados en obtener claridad y soluciones a corto plazo, pero como advirtió Rodrigo Cárcamo, “a veces para el trabajador se hace muy difícil”.

La lucha, entonces, no solo es por mantener los empleos, sino también por garantizar que los derechos de los empleados no sean vulnerados en medio de un conflicto que parece estar lejos de resolverse.

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