Una especialista del Programa Provincial de Prevención del Suicidio detalló acciones de la provincia para abordar una problemática que preocupa tanto a nivel global como en Tierra del Fuego. Buscan fortalecer la detección temprana y la intervención oportuna.
El suicidio sigue siendo una preocupación creciente en todo el mundo, con un impacto significativo en Tierra del Fuego. Ante esta situación, el gobierno de la provincia ha implementado el Programa Provincial de Prevención del Suicidio, cuyo objetivo es reducir los casos a través de la detección de señales de advertencia y la promoción de factores de protección. En una entrevista con FM Master’s, Alejandra Potylicki, referente del programa, explicó las estrategias que se están implementando para abordar este complejo problema, subrayando la importancia de reconocer los primeros indicios de riesgo.
El programa en Tierra del Fuego está vinculado a la Secretaría de Salud Mental de la provincia y, desde su creación, trabaja en tres áreas clave: prevención, asistencia y postvención. Potylicki subrayó que el objetivo principal es «focalizar en la prevención», asegurando que quienes están encargados de llevar información a la comunidad lo hagan de manera responsable.
En este sentido, remarcó la importancia de la colaboración con los medios de comunicación para «cuidar a las personas, su intimidad y privacidad» en torno a una temática que, en muchas ocasiones, afecta profundamente a las familias y entornos cercanos de quienes toman esta decisión.
La representante provincial destacó que la iniciativa sigue los lineamientos del Programa Federal de Prevención de Suicidio, dependiente de la Dirección Nacional de Salud Mental, y que desde 2021 se implementa un plan de acción conjunto a nivel nacional. «La provincia adhiere y, a partir de ahí, seguimos estos lineamientos», afirmó, señalando que el enfoque preventivo es prioritario.
Una de las acciones más relevantes en el marco del Día Mundial de la Prevención del Suicidio fue la discusión sobre los factores protectores. Potylicki indicó que la prevención no solo debe centrarse en los factores de riesgo, sino también en aquellas circunstancias que pueden actuar como barreras ante la conducta suicida. Entre los factores protectores mencionó el rol de la comunidad, el estilo cognitivo y la personalidad de cada individuo, así como los vínculos familiares. «A partir de esto, y tratando de ponerle relevancia a los factores protectores, podemos prevenir muchas cuestiones en relación a estos casos complejos», enfatizó.
Sin embargo, hizo hincapié en que los factores de riesgo no deben perderse de vista, ya que son «la brújula» para quienes trabajan en el ámbito de la salud. Entre estos factores, se destacan la desmotivación, las ideas persistentes de carácter negativo, los trastornos del sueño o de la alimentación y, sobre todo, un antecedente de intento de suicidio. «Es sumamente importante tener presente (el intento de suicidio previo), porque muchas veces este factor de riesgo llega a completarse en la conducta suicida», advirtió, resaltando la necesidad de un seguimiento continuo por parte de los familiares, amigos y compañeros de trabajo de las personas en riesgo.
En cuanto a las señales de alarma, Potylicki fue clara: «Siempre hay que escuchar, pero a veces alguien no puede decir lo que le está pasando, no puede poner en palabras». En estas situaciones, la clave está en que el entorno de la persona afectada sea capaz de prestar atención a los detalles, los pequeños cambios en el comportamiento que podrían indicar una crisis inminente. El desinterés, la dificultad para dormir o comer, y las ideas negativas persistentes son solo algunos de los signos que, si son detectados a tiempo, pueden permitir una intervención preventiva eficaz.
El desafío, según explicó, radica en la empatía y la capacidad de escucha activa, no solo en el ámbito familiar, sino también en los entornos laborales y sociales. «Tenemos que empatizar con el otro, escuchar esos signos, esas señales, para justamente prevenir estas situaciones complejas», concluyó, Alejandra Potylicki.
El programa provincial busca involucrar a todos los sectores de la sociedad en la identificación y atención de las señales de alarma. Las estrategias preventivas basadas en la escucha, la empatía y la intervención temprana son fundamentales para reducir los índices de suicidio en la provincia y generar una red de contención para quienes están en situaciones de vulnerabilidad emocional.
