La cancelación del vuelo FO5043 de Flybondi, que debía partir de Ushuaia hacia Buenos Aires, dejó varados a cientos de pasajeros argentinos y extranjeros con opciones indignantes y sin ninguna actualización de precios pese a la inflación. La falta de transparencia y la pésima comunicación de la aerolínea se hicieron evidentes en un momento tan significativo como la víspera del Día del Padre.
El vuelo FO5043 de la empresa Flybondi, que debía partir desde Ushuaia hacia Buenos Aires, se convirtió en una pesadilla para los pasajeros, al ser cancelado el día previo a la celebración del Día del Padre. La situación, que comenzó con promesas vacías en el mostrador del aeropuerto, terminó dejando a cientos de personas varadas y sin opciones razonables.
La aeronave, que quedó varada a un costado de la pista del aeropuerto Malvinas Argentinas, no mostraba en su exterior ningún tipo de logo de la compañia, y tenía el aspectos de un avión achacado por los años.
En las cancelaciones de vuelos por motivos propios de las empresas (ayer fue la rotura de la aeronvave) siempre terminan por perjudicar a los pasajeros. Sonrientes, en el mostrador presentaban las alternativas inviables para la gente que no podía viajar por responsabilidad exclusiva de la compañia.
Flybondi ofreció tres opciones, todas ellas indignantes y desfavorables para los usuarios:
–la devolución del importe del pasaje al precio que se pagó originalmente, sin ningún tipo de actualización, a pesar de la altísima inflación de los últimos 12 meses;
–un voucher por el importe pagado originalmente para usar con la misma compañía (también sin actualización);
-o la reprogramación del vuelo para volar exclusivamente dentro de los próximos 30 días, a pesar que la cancelación fue responsabilidad exclusiva de la empres. Esta última opción era inservible para aquellos con planes específicos y urgentes
–viajar 24 horas despúes, sin ningún tipo de compensación, y aterrizar en otro aeropuerto al comprado originalmente, ya que el vuelo del sábado aterrizaba en Aeroparque, mientras que el vuelo del domingo llegaba a Ezeiza.
Como siempre sucede, en las cancelaciones de vuelos por motivos propios de las empresas (ayer fue la rotura de la aeronvave) siempre terminan por perjudicar a los pasajeros.
No obstante, el presonal de FLYBONDI se mostró sonriente en el mostrador a pesar de mostras las alternativas inviables para la gente que no podía viajar por responsabilidad exclusiva de la compañia.
LA HISTORIA DE SIEMPRE CON LAS COMPAÑIAS AEREAS
El drama comenzó en la mañana del sábado, cuando los pasajeros del vuelo FO5043 se presentaron en el Aeropuerto Internacional Malvinas Argentinas de Ushuaia, esperanzados en llegar a Buenos Aires a tiempo para reunirse con sus familias. Sin embargo, lo que encontraron fue una avalancha de excusas y falta de información cuando el vuelo se canceló.
Inicialmente, se les dijo que se organizaría otro vuelo para las 18 horas y que recibirían una llamada telefónica con más detalles. Pero las llamadas nunca llegaron.
La desesperación creció a medida que las horas pasaban. No fue hasta las 19.40 horas cuando los pasajeros recibieron un correo electrónico, no una llamada, informándoles que el vuelo se había reprogramado para el día siguiente, pero con destino al aeropuerto de Ezeiza y no al Aeroparque, como se había comprado originalmente. Esta modificación significaba no solo una alteración en el horario, sino también en la logística y los planes de transporte posteriores de los pasajeros.
La relación de los clientes con las aerolíneas es, sin duda, muy asimétrica.
Las compañías imponen condiciones que siempre perjudican a los usuarios, y Flybondi no es la excepción. La falta de transparencia, la pobre comunicación y la escasa consideración por las necesidades y derechos de los pasajeros son una constante en la industria aérea. Los pasajeros no solo enfrentan la frustración de los cambios de último minuto, sino también la impotencia ante la falta de alternativas justas y razonables.
Las soluciones de la empresas aéreas son siempres las mismas, y todas en su favor. Sin duda, la cancelación del vuelo FO5043 de Flybondi y el manejo ineficaz de la situación son un claro reflejo de la deficiencia en el servicio al cliente que caracteriza las aerolíneas.
Los pasajeros merecen un trato más justo y opciones que reflejen el valor real de su dinero y tiempo, especialmente en momentos tan significativos como la víspera del Día del Padre.