La movilidad urbana en Ushuaia enfrenta el desafío de encontrar alternativas en un plazo razonable al uso de colectivos de gran porte que hacen inviable la circulación en el casco céntrico de la ciudad.
La situación no solo afecta la fluidez del tránsito, sino que también tiene un impacto negativo en la experiencia de los turistas que nos visitan y en la calidad de vida de quienes vivimos en la ciudad, ya que las calles San Martín, Gobernador Deloqui y Gobernador Paz, al igual que sus intersecciones, nunca estuvieron preparadas para el tránsito de vehículos de gran tamaño.
El Aeropuerto Internacional de Ushuaia y el Puerto son puntos neurálgicos de entrada para miles de pasajeros cada año. Sin embargo, la falta de organización en el traslado de estos pasajeros desde dichos puntos ha resultado en la proliferación de colectivos de gran tamaño, que saturan las calles estrechas del centro de la Ushuaia. Esta saturación urbana no es sostenible y requiere una intervención inmediata para garantizar principios de movilidad más eficientes y adecuados. Por ejemplo: decenas de colectivos esperando donde encuentran lugar a las afueras del puerto no puede ser una imagen que se pueda repetir en el tiempo, si es que se pretende, tal como se ha puesto de moda afirmar, que Ushuaia sea una ciudad turística, en lugar de una con turistas.
Para ordenar este traslado de pasajeros, es imprescindible concertar con los prestadores turísticos alternativas más apropiadas, utilizando vehículos de menor tamaño. Estos transportes no solo serían más maniobrables en las calles de Ushuaia, sino que se respetaría la tendencia de las ciudades que han decidido avanzar en modelos de crecimiento sostenible e inteligente para su desarrollo.
Por esto mismo, la reconversión hacia un sistema de transporte con vehículos menores permitiría una mejor distribución del tráfico, reduciendo la congestión y mejorando la experiencia tanto para locales como para visitantes.
El uso de colectivos de gran porte en el casco céntrico de Ushuaia es un problema que tiene raíces en la falta de planificación y en la resistencia al cambio de ciertos sectores. Sin embargo, debemos reconocer que el diseño urbano de nuestra ciudad no fue concebido para estos vehículos. De allí que, Implementar un proceso de reconversión es una necesidad ineludible para adaptarnos a nuestras reales capacidades y necesidades.
Además, trabajar en conjunto con los prestadores turísticos para implementar estas nuevas alternativas de transporte es esencial. Debemos garantizar que esta transición se realice sin comprometer la calidad del servicio, asegurando que los visitantes continúen recibiendo una atención de primer nivel. Esta colaboración también puede abrir oportunidades para innovar en la oferta turística, ofreciendo experiencias más personalizadas.
La reubicación del transporte de gran tamaño fuera del centro de la ciudad y el incentivo hacia vehículos más adecuados también traerá beneficios ecológicos. Menos congestionamiento y vehículos más pequeños significan menos emisiones de gas y un menor impacto ambiental, lo cual es crucial para una ciudad que se enorgullece de su entorno natural y su belleza paisajística.
Sin duda que Ushuaia necesita urgentemente un plan de movilidad urbana que contemple la reducción del uso de colectivos de gran porte en el casco céntrico, en favor de vehículos más pequeños y adecuados. Este cambio beneficiará a toda la comunidad, mejorando la fluidez del tráfico, la calidad de vida y la experiencia turística, al tiempo que promueve un enfoque más sustentable y respetuoso con el medio ambiente. Concertar con los prestadores turísticos y ciudadanos será clave para hacer de esta transformación una realidad exitosa, siempre que se hagan en un plazo razonable y se termine de concretar.
La necesidad de esta reconversión es evidente, y es momento de tomar medidas decisivas para ordenar el transporte de pasajeros de la ciudad. Ushuaia necesita un sistema de movilidad que refleje su capacidad receptiva y hospitalidad, adaptándose a los tiempos y a las necesidades de todos aquellos que la vivimos y de quienes la visitan.