El hallazgo de 150.000 bolsones de plástico acopiados irregularmente, predios costeros transformados en terrenos baldíos y la falta de controles sobre el vuelco de residuos y restos de obras en numerosos puntos de la ciudad, ponen al desnudo las incongruencias entre el decir y el hacer ambiental en el fin del mundo.
La reciente identificación de más de 150.000 bolsones de polietileno almacenados a cielo abierto en un predio no habilitado en Ushuaia es solo la punta del iceberg de una serie de desmanejos ambientales que están afectando gravemente a la ciudad.
Esta alarmante situación no solo pone en evidencia la falta de responsabilidad social y empresarial que quienes llevan adelante estas acciones de degradación ambiental, sino también la dejadez de las autoridades con responsabilidad en la gestión y supervisión de cuestiones críticas para el bienestar de la comunidad y el desarrollo sostenible. No se encuentran exentos de responsabilidad quienes tienen responsabilidad legislativa y de control desde afuera de los ejecutivos.
El hallazgo de este inmenso depósito de bolsas de Polietileno Lineal de Baja Densidad (LLDPE), producido por la empresa de origen norteamericano Dow Chemical, en un predio sin medidas de seguridad ni identificación adecuada, cercano a áreas residenciales y de bosque nativo, es un claro ejemplo de la desidia reinante.
Esto en función que, a pesar de la difusión pública de la situación y de la evidente falta de cumplimiento de las normativas básicas de seguridad y ambientales, las respuestas de las empresas involucradas y de las autoridades competentes brillan por su ausencia. Este escenario, lamentablemente, se repite con demasiada frecuencia en predios numerosos predios costeros, en las inmediaciones del Aeropuerto Internacional Malvinas Argentinas y en decenas de puntos donde la indiferencia se impone por sobre la legalidad ambiental.
Se sabe que, por las consultas realizadas por el Diario del Fin del Mundo a los bomberos de Ushuaia, el almacenamiento de estos productos no cumple con ninguna medida de seguridad necesaria. El polietileno es un material combustible y, en caso de combustión, puede generar productos tóxicos e irritantes.
Sin embargo, este depósito irregular se encuentra a la intemperie, sin ninguna protección adecuada, a la vista de quienes utilizan la Ruta Nacional 3, y a pocos metros del portal de bienvenida a la ciudad más austral del mundo.
Por esto mismo, la falta de responsabilidad de quienes realizan este tipo acciones y otras actividades irregulares contra el desarrollo sostenible vuelven imposible pensar en una comunidad comprometida con su futuro. De igual manera, tienen responsabilidad quienes omiten intervenir ante el almacenamiento irresponsable de materiales peligrosos, de la degradación permanente del frente costero y la existencia de pequeños basureros a cielo abierto en varios puntos de la ciudad.
La situación se agrava por la falta de declaración y autorización para dichos acopios, junto con la permisividad de acciones que ponen en riesgo no solo al medio ambiente, sino también la salud y seguridad de los vecinos de la ciudad.
Asi, resulta imposible aspirar a la sostenibilidad mientras se suceden acciones que impactan negativamente en el entorno natural de Ushuaia.
Finalmente, la responsabilidad social y empresarial debe ser una prioridad, y no una opción, ni tampoco un compromiso esporádico cuando resulta conveniente. De allí que las empresas deben asumir un rol activo en la protección del ambiente, implementando prácticas seguras y responsables en todas sus operaciones. Del mismo modo, las autoridades deben ejercer un control riguroso y aplicar sanciones severas a quienes infringen las normativas ambientales.
Aunque tarde, ahora resulta imperioso que se adopten medidas inmediatas para corregir esta situación y prevenir futuros desastres ambientales. Es redundante decirlo, pero las autoridades deben responder con celeridad y solidez, asegurando que se cumplan todas las regulaciones y se proteja con coherencia al medio ambiente fueguino.
Solo así podremos aspirar a ser una comunidad verdaderamente sostenible y respetuosa con la belleza y el valor que tiene nuestro entorno.