La presidenta de la Asociación Rural de Tierra del Fuego, advirtió sobre el creciente problema de ataques de perros asilvestrados en la zona rural, cuya solución depende de controlar las poblaciones caninas en las áreas urbanas.
En la última semana, la zona norte de la provincia fue testigo de un nuevo episodio de ataques de perros asilvestrados en una estancia local, lo que avivó la preocupación en la comunidad rural. Lucila Apollinaire, presidenta de la Asociación Rural de la provincia, abordó por FM Master’s esta problemática y resaltó la urgencia de abordar el descontrol de las poblaciones caninas en las áreas urbanas como parte de la solución.
«El ataque el otro día que se dio acá en Río Grande en La Cimarrona, en la escuela de equinoterapia, de vuelta puso en la arena el tema de los perros asilvestrados y de los perros sin supervisión y sin control en la ciudad», expresó Apollinaire.
La dirigente ruralista enfatizó en la necesidad de aprender de experiencias internacionales para abordar efectivamente esta problemática. «Por experiencias en otras partes del mundo, si esto no se hace rápidamente, no va a tener solución. Tenemos que realmente aprender de los otros países, nosotros hemos tenido contacto con gente de Australia, Nueva Zelanda, Inglaterra, Escocia, Estados Unidos, han venido expertos, ya sabemos todo lo que tenemos que hacer».
Apollinaire destacó que el descontrol de las poblaciones caninas en las áreas urbanas es el núcleo del problema y subrayó la necesidad de voluntad política para abordarlo. «El tema es que hay que tomar la voluntad política de ordenar primero las poblaciones caninas en las ciudades, eso lleva control, lleva multas, hay que ponerse firme para para ordenarse, porque ya, como vimos la semana pasada, estos ataques el otro día fueron unos animalitos, pero tranquilamente podrían haber sido niños», consignó.
La situación genera preocupación en el sector rural, ya que los ataques de perros asilvestrados no solo afectan al ganado, sino también a la seguridad de las personas. «Ya hay ataques también a personas, hay ataques a terneros, hay ataques a guanacos, a distintas especies de fauna. Los perros estos asilvestrados ya están implantados y ya forman parte lamentablemente del paisaje, así que ninguna especie está ajena ni a salvo de eso», advirtió Apollinaire.
La falta de continuidad en las políticas estatales ha dificultado la solución del problema. «Lamentablemente debido a la falta de política de Estado firme que no tenemos en este país todavía, cambian los gobiernos y cambian las políticas y si tuviésemos escrito cuáles son las prioridades, sería mucho más fácil».
Apollinaire también informó sobre la reactivación de la ley 1146, destinada al manejo de las poblaciones caninas en la isla de Tierra del Fuego. «Desde diciembre cuando reasumió el gobierno del gobernador Melella se volvió a intentar y ahora por suerte, con mucha alegría, hemos logrado que el martes 30 tenemos la primera reunión en mucho tiempo de esta mesa de la ley 1146».
La presidenta de la entidad rural enfatizó la importancia de la colaboración entre el campo y las zonas urbanas para abordar este problema de manera efectiva. «El tema es que necesitamos el acompañamiento de las zonas urbanas, porque no tiene ningún sentido estar trabajando con el problema ya fuera en el campo si las ciudades siguen expeliendo estos perros en forma permanente y continua a las zonas rurales».
La reunión prevista para el martes 30 de abril reunirá a representantes de diversas instituciones y organismos, con el objetivo de buscar soluciones concretas. «La idea es ver cómo podemos a partir de ahora empezar a trabajar de vuelta».
El desafío implica la coordinación de múltiples actores y la utilización eficiente de recursos para abordar esta problemática de manera integral. «Esto es un problema tan grave que implica y abarca muchos organismos», concluyó Lucila Apollinaire.