Nuevos hallazgos de una auditoría exponen un evidente descontrol en el manejo de fondos públicos por parte de algunos concejales de Tolhuin, en períodos anteriores. Gastos de representación con destinos insólitos se verifican en un informe.
Cuando aún resuenan los ecos del escándalo generado por los exorbitantes salarios de los concejales de Tolhuin, que superan los $2,300,000, se revelaron documentos que evidencian un preocupante manejo irregular de fondos públicos por parte de las autoridades del Concejo Deliberante de la localidad.
Matías Rodríguez, actual presidente del cuerpo legislativo, y el concejal Marcelo Muñoz, se encuentran en el centro de la polémica luego de que se dieran a conocer detalles sobre sus gastos personales realizados durante gestiones anteriores.
Una auditoría de la gestión de concejales que abarcó el período del 2015 al 2019, reveló múltiples irregularidades, incluyendo gastos no justificados y el uso indebido de fondos en beneficio personal por parte de Rodríguez y Muñoz.
Rodríguez, durante su gestión como presidente del Concejo Deliberante en 2019, solicitó un adelanto de «gastos de representación» por un total de más de $120,000 argumentando la necesidad de «actualizar su guardarropa personal» debido a su nuevo rol en la institución.
Por su parte, Marcelo Muñoz, también concejal en ese momento, requirió un adelanto de «gastos de representación» por seis meses, alegando razones de salud de su familia y un traslado a Buenos Aires. Esto le permitió embolsarse más de $160,000.
La auditoría también detectó que Muñoz recibió pagos por el mismo concepto durante 13 meses en 2019, a pesar de haber concluido su período y estar en su tercer mandato consecutivo.
Además, se encontraron evidencias de gastos personales en los movimientos bancarios de la unidad funcional de Muñoz, incluyendo compras en carnicerías, almacenes, kioscos y restaurantes, que no guardaban relación con su función oficial como concejal.
Entre los gastos reportados se incluyen dos asados en Río Grande, uno en Tolhuin y cenas en el shopping de Ushuaia, en dos establecimientos gastronómicos durante la misma noche, lo que levanta interrogantes sobre el manejo de los fondos públicos supuestamente destinados a fines institucionales.