La Laguna del Diablo, en el barrio Andino de la ciudad, generó una controversia por la prohibición preventiva de acceso que dispuso el municipio. Vecinos ofrecieron colaborar para las mediciones del hielo y habilitar así las actividades recreativas y deportivas.
La Laguna del Diablo, ubicada en el barrio Andino de la ciudad, ha sido objeto de una polémica en torno a su uso. Una disposición municipal prohibió preventivamente el acceso debido a la falta de mediciones específicas que garanticen la seguridad de quienes la utilizan. Ante esta situación, vecinos de ese sector se reunieron con funcionarios municipales para buscar una solución que permita habilitar actividades recreativas y deportivas en el lugar.
Lola Urruty, vecina del barrio y conocedora de la laguna, una de las participantes del encuentro, referenció en FM Master’s que “hoy mis hijos patinan en la laguna, practican deportes de hielo, un deporte que viene creciendo un montón en los últimos años y es un deporte regional”. Sin embargo, la prohibición tomó por sorpresa a los vecinos, ya que la laguna había sido declarada como Reserva Natura Urbana por Ordenanza Municipal dos años atrás.
Tras la reunión con funcionarios, Urruty explicó: “ellos indicaron que, como desde el municipio no se habían podido hacer las mediciones y tomado las medidas de seguridad, por precaución se decidió decretar esta prohibición de uso”. Los vecinos ofrecieron colaborar y trabajar en conjunto para garantizar la seguridad en la laguna y permitir su uso.
“En lo inmediato creemos que se va a poder resolver quizás con la firma de un convenio por parte de alguno de los clubes donde se practica hockey sobre hielo” para que asuman esas mediciones al menos en forma provisoria, señaló Urruty. De lograrse un acuerdo, se convocaría a un encuentro de concientización del uso de este espacio natural, abierto a toda la comunidad.
La vecina destacó que la seguridad en la laguna está garantizada con el espesor actual del hielo, que supera los 15 centímetros: “con ese espesor de hielo y haciendo un seguimiento de que no deshiele, de que no reduzca el espesor, en principio todas las normativas en hielo internacional dicen que ese es el espesor que se necesita”, afirmó.
La situación de la Laguna del Diablo es responsabilidad del municipio, y los vecinos ofrecen su colaboración para realizar mediciones y asegurar la seguridad en el lugar. Ambas partes buscan llegar a un acuerdo que permita aprovechar este espacio natural de manera recreativa y saludable, especialmente para los más pequeños, promoviendo un sentido de pertenencia y cuidado del entorno.
