Hablar y no decir nada es una forma artera de engañar mintiendo. Los comicios sin plataformas electorales, más allá de anodinas promesas, son, al menos, un flagrante menoscabo a la gente. Y parte del caudillaje que triunfa así. Antes se decía “que Dios nos libre y nos guarde”, sin mucho éxito pero con las conciencias tranquilas. El acostumbramiento y la resignación ante lo nefasto es indicador de una gran decadencia generacional o de época.
(Siglos XVI y XVII) “Por muy rico que un individuo fuese rico en relación con los demás, como la totalidad del mundo era pobre, la esfera de de facilidades y comodidades que su riqueza podía proporcionarle era muy reducida. La vida del hombre medio es hoy más fácil, cómoda y segura que la del más poderoso en otro tiempo. ¿Qué le importa no ser más rico que otros si el mundo lo es y le proporciona magníficos caminos, ferrocarriles, hoteles, seguridad corporal y espiritual?”. (1) (1937)
José Ortega y Gasset (1883-1955)
Hablar y no decir nada es una forma artera de engañar mintiendo. Los comicios sin plataformas electorales, más allá de anodinas promesas, son, al menos, un flagrante menoscabo a la gente.
Y parte del caudillaje que triunfa así.
Antes se decía “que Dios nos libre y nos guarde”, sin mucho éxito pero con las conciencias tranquilas.
El acostumbramiento y la resignación ante lo nefasto es indicador de una gran decadencia generacional o de época.
ACTUALMENTE
Entre las frecuentes disputas por el poder quizá el único acuerdo es que el vacío de contenidos reiterados es suficiente, mientras la pobreza y la inflación avanzan destrozando vidas en el irrespeto a los Derecho Humanos.
QUIZÁ
Mientras hay quienes maldicen algunas ideas encuadradas democráticamente tratando de velar lo absolutamente palpable en cuanto a espejismos prometidos, ha surgido con fuerza la denominada inteligencia artificial.
“La irrupción de las inteligencias artificiales es algo que no se puede negar. Hemos pasado de tener máquinas que respondían muy limitadamente a otras que pueden mantener conversaciones durante horas o explicarte, sin mayores problemas, la teoría de la evolución o de la relatividad” (2)
Entonces suponer que es muy posible que surjan plataformas electorales elaboradas artificialmente inteligentes y que las mismas contribuyan decididamente a triunfos, es una cuestión absolutamente factible en escenarios donde hasta las alianzas para llegar al poder parecieran que son meras uniones transitorias de empresas (UTE).
Serán una nueva alternativa a las redactadas como conjunto de encuestas estratificadas llevadas adelante por consultores contratados específicamente.
Las aplicaciones de inteligencia artificial recibirán, si no ya está sucediendo, instrucciones muy precisas para redactar propuestas dirigidas a jóvenes que no consiguen el primer trabajo más allá de sus estudios universitarios, adultos mayores cada vez más empobrecidos que aportaron con su trabajo durante tres décadas, quienes viven en forma ignominia hace años mediante subsidios estatales financiados con el dinero de los pagos de impuestos, etcétera.
También habrá opciones para atraer voluntades de los habitantes de barrios sin servicios públicos, las víctimas de letales actos de violencia, a quienes ingresaron a empleos estatales sin concursos públicos por el mero atributo de afiliaciones partidarias u ostentación de apellido, de quienes cobran por redactar o publicar degradantes noticias pagas, etcétera.
La lista será extensa con la posibilidad de introducir variables ideológicas, sectarias, etcétera.
Hemos ingresado al teatral (1904) “Nunca Jamás” del dramaturgo escoses James Malthew Barrie (1860-1937) donde la generalizada anomia popular seguirá su derrotero.
FANTASÍA (1726) Y REALIDAD (2023)
El exitoso escritor satírico irlandés, de prolífera y extensa carrera, Jonathan Swift (1667-1745) a mediados de la tercera década del Siglo XVIII publicó “Viajes de Gulliver” (Gulliver ‘Travels) que rápidamente tuvo tres ediciones iniciales.
Es una novela política y costumbrista para adultos que pasadas varias centurias los jóvenes siguen disfrutando.
Su humor es inteligente y el realismo de la fantasía es extraordinario.
INVITACIÓN A SU LECTURA
En su tercer periplo en 1706 y 1707, el intrépido navegante el cirujano Lemuel Gulliver visita “Balnibarbi”, cuya metrópolis central “Lagado” contaba orgullosamente con una gigantesca Academia cuyos investigadores a sueldo con fondos que eran el resultado de las obligaciones impuestas, principalmente, a los trabajadores manuales, profesiones liberales y comerciantes, durante años no resuelven lo que enuncian realizar mientras las cuantiosas inversiones improductivas parecieran que a nadie le importa, como por ejemplo, la creación de energía solar a partir de pepinos: “me rogó que le diera algo como estímulo para su ingeniosidad, sobre todo porque aquella había sido una estación en la que estaban muy caros los pepinos. Le hice un regalito, pues el señor amigo mío me había dado dinero con ese fin, ya conocía la costumbre de aquellos proyectistas de pedir a todo el que iba a verlos. (…)
Había un hombre, ciego de nacimiento, que tenía varios discípulos de su misma condición y los dedicaba a mezclar colores para pintar, y que su maestro les había enseñado a distinguir por el tacto y el olfato. Fue en verdad desgracia mía encontrarlos en aquella ocasión no muy diestros en sus lecciones, y aun al mismo profesor le acontecía equivocarse generalmente. Este artista cuenta en el más alto grado con el estímulo y la estima de toda la hermandad. (…)
Todos sabemos cuán laborioso es el método corriente para llegar a poseer artes y ciencias; pues bien: gracias a su invento, la persona más ignorante, por un precio módico y con un pequeño trabajo corporal, puede escribir libros de filosofía, poesía, política, leyes, matemáticas y teología, sin que para nada necesite el auxilio del talento ni del estudio.
Me llevó luego al tablero, que rodeaban por todas partes los alumnos formando filas. Tenía veinte pies en cuadro y estaba colocado en medio de la habitación. La superficie estaba constituida por varios trozos de madera del tamaño de un dedo próximamente, aunque algo mayores unos que otros. Todos estaban ensartados juntos en alambres delgados. Estos trozos de madera estaban por todos lados cubiertos de papel pegado a ellos; y sobre estos papeles aparecían escritas todas las palabras del idioma en sus varios modos, tiempos y declinaciones, pero sin orden ninguno. (…)
Los discípulos, a una orden suya, echaron mano a unos mangos de hierro que había alrededor del borde del tablero, en número de cuarenta, y, dándoles una vuelta rápida, toda la disposición de las palabras quedó cambiada totalmente. Mandó luego a treinta y seis de los muchachos que leyesen despacio las diversas líneas tales como habían quedado en el tablero, y cuando encontraban tres o cuatro palabras juntas que podían formar parte de una sentencia las dictaban a los cuatro restantes, que servían de escribientes. Repitióse el trabajo tres veces o cuatro, y cada una, en virtud de la disposición de la máquina, las palabras se mudaban a otro sitio al dar vuelta los cuadrados de madera. Durante seis horas diarias se dedicaban los jóvenes estudiantes a esta tarea, y el profesor me mostró varios volúmenes en gran folio, ya reunidos en sentencias cortadas, que pensaba enlazar, para, sacándola de ellas, ofrecer al mundo una obra completa de todas las ciencias y artes, la cual podría mejorarse y facilitarse en gran modo con que el público crease un fondo para construir y utilizar quinientos de aquellos tableros en Lagado, obligando a los directores a contribuir a la obra común con sus colecciones respectivas”.
Otros “cien empleados durante dos años proyectaron un Canal para trasladar agua; fracasaron el emprendimientos abandonando la obra incompleta” como algunas rutas argentinas incluidas en juicio por corrupción.
También estaba el grupo que “calcinaba hielo para fabricar pólvora”. (3)
Las constantes promesas eran ignoradas por la mayoría de los incrédulos habitantes.
NOTAS Y REFERENCIAS
Alejandro Rojo Vivot desde 1967 ha publicado más de 1.700 artículos periodísticos en varios países.
1) Ortega y Gasset, José. La rebelión de las masas. Espasa-Calpe. Décimo octava edición. Página 69. Madrid, España. 21 de junio de 1969.
2) Rojas, Felipe. El paradigma que supone la Inteligencia Artificial para los artistas y derechos de autor. El Mostrador. Santiago, Chile. 19 de marzo de 2023.
3) Swift, Jonathan. Viajes de Gulliver. Ediciones Peuser. Páginas 173, 174, 176 Buenos Aires, Argentina. Segunda quincena de septiembre de 1952.